El poder de un sueño

Hay sueños y ‘El sueño’. Ninguno de nuestros sueños personales se compara al sueño, al plan y al propósito de Dios para nosotros. Ninguna meta en la vida puede ser más satisfactoria que la consecución de aquello para lo que fuimos destinados a ser.

A veces queremos ser como otros, anhelando su posición social, sus negocios, su estilo, su cargo, etc., y nos olvidamos de que somos piezas únicas en el plan perfecto que Dios ideó desde antes de la fundación del mundo.

Qué lindo sería que todos conocieramos y entendieramos nuestro rol. Dejaríamos las envidias y rivalidades, nos enfocaríamos en la población a la que fuimos llamados a servir y dejaríamos de pensar tanto en nosotros mismos y en nuestros afanes.

Pero qué bueno es Dios que no esconde su rostro de quienes le buscan con sinceridad y claman a él. Les da respuestas que no imaginan. (Jeremías 33:3).

El sueño de Dios, su propósito en nosotros, es lo único que hará que sintamos que nuestro paso por la tierra tiene sentido. Pregunta, busca el rostro de Dios. Acércate a su corazón. Pide las estrategias claras.

Si hay un sueño en ti que beneficia a otros y dé gloria y honra a Dios, tal vez estés cerca o incluso, caminando en el propósito de tu vida.

Recuerda que:
«(1)…es Dios quien nos ha hecho;
(2) él nos ha creado en Cristo Jesús para que hagamos buenas obras,
(3) siguiendo el camino que él nos había preparado de antemano».

Efesios 2:10 DHH94PC

Tu propósito fue escrito en tu corazón por la mano de Dios… de antemano. ¡Te animo a encontrarlo y a trabajar por él!

Para Dios cada persona es importante y solo va a funcionar en su lugar*.

¡Encuentra ese lugar que solo tú puedes ocupar!

*Dios no tiene favoritos, tiene íntimos. Marcos Brunet.

2 comentarios en “El poder de un sueño”

  1. Dios nos creo!
    El entretejio, cada fibra de nuestro corazón,cada fibra de nuestra mente!
    Y mi embrión vieron sus ojos, allí nació la alegría de mis ojos!
    Glorioso encuentro!
    La circunstancias de la vida, subidas y bajadas, el pecado, los errores, nos crean un velo que no permite que veamos sus ojos y por tanto no podemos ver la visión con la que nos creo.
    El conoce cada fibra de nuestro ser, el conoce el propósito!
    Oremos para que el espíritu santo quité todo velo,emociones, que nos impide verlo cara a cara!
    Ver sus hermosos ojos!
    Qué hoy podamos ver con los anteojos de Dios, que no nos desviemos ni a derecha ni a izquierda de el camino hacia el lugar donde el nos quiere llevar!

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