Una extraña noción del éxito

No cabe duda de que cuando hablamos de una persona exitosa, inmediatamente pensamos en alguien que ha alcanzado sus metas personales donde predominan: tener una hermosa familia, una gran casa, el auto de último modelo, el trabajo soñado, el negocio más rentable, viajar por el mundo, entre otros.

Hemos crecido en una cultura donde se  nos motiva cada vez más a estudiar y trabajar duro para alcanzar nuestros sueños. La televisión, las redes sociales, la publicidad y la moda, nos hacen seres cada vez más individualistas, nos dejamos seducir por sus imágenes y nos hacen «querer y necesitar» algo que  antes no queríamos ni necesitábamos, volviéndonos seres egocéntricos que solo pensamos en nuestros caprichos e intereses.

Aún dentro del punto de vista cristiano muchas veces nos atrevemos a afirmar que a mayor éxito, mejor está nuestra relación con Dios. Semejante aseveración hace que quienes no han alcanzado alguna de estas metas se lleguen a frustrar o peor aún, sentir que Dios no está con ellos porque simplemente «Dios no les ha permitido el derecho de triunfar».

Resulta contradictorio que quienes sí han logrado, con sus esfuerzos, alcanzar metas y sueños no sean del todo felices ni estén completamente satisfechos y la razón es porque lo alcanzaron sin Jesús.

Vivir dentro de este bucle no es la voluntad ni el propósito de Dios, porque si vivimos conforme a éstos objetivos que fueron programados en nosotros como influencia de nuestro entorno, cultura, religión, familia, colegio, etc., sin tener en cuenta el propósito de Dios, estaremos impidiendo que su plan se cumpla en nuestras vidas, viviendo una vida sin sentido, llena de insatisfacción y corriendo el riesgo de enfrentarnos al juicio por nuestros pecados y vivir eternamente separados de Dios.

Todos tenemos un llamado de parte de Dios:

«vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura». Juan 15:16.

Esta orden quiere decir que todos somos misioneros, todos somos parte de esa Gran Comisión a la que Jesús no solo envió a sus discípulos sino también a todas las generaciones. Por lo tanto, ahí es donde debemos decidir si continuaremos del lado del problema o seremos parte la solución: «un recurso valioso, o una carga en el Reino de Dios».

Algunos piensan que el llamado a hacer misiones consiste en viajar por el mundo predicándole solo a indígenas u orientales; sin embargo, también estamos llamados a ejercer esta labor en las distintas esferas de la sociedad en donde Dios nos ha permitido estar. Estamos llamados a hablarle de Dios a nuestra familia, compañeros de estudio, de trabajo, empleados, jefes, socios, etc.

Si realmente nos interesa hacer la voluntad de Dios, debemos preguntarnos si en este momento estamos en el lugar al que él nos ha llamado. No demos por sentado que si estamos aquí (en esta ciudad, empresa, universidad, etc.) es porque es la voluntad de Dios; recordemos que somos el resultado de decisiones, a veces de nuestros padres, profesores, incluso de decisiones personales que no siempre son tomadas con base en la voluntad de Dios, ante esto nos corresponde preguntarnos:

  • ¿Estamos en el lugar donde Dios quiere que estemos?
  • ¿Estamos cumpliendo la obra misionera que el Señor nos encomendó?
  • ¿Estamos siendo una luz encendida o tapada con una caja?

Recordemos que quizás ese compañero de escuela o de universidad aún no sabe que tiene una identidad como hijo de Dios y que nació con un propósito, o que esa persona con la que te encuentras en tu empresa, todos los días se levanta sin esperanza creyendo que no hay solución para ese problema familiar.

El propósito de Dios es que a través de nuestras palabras y testimonio alcancemos almas para Él. Cumplir con su propósito para nosotros y para su reino es el verdadero éxito.

 

como triunfar

Reflexión basada en el libro Cómo Triunfar con Jesús de Loren Cunningham (Fundador de JUCUM), un libro que nos reta a buscar la voluntad en todas las áreas de nuestras vidas cumpliendo la Gran Comisión a la que todos fuimos llamados.

 

3 comentarios en “Una extraña noción del éxito”

  1. Anita me encanta!!! Así es, que seamos un recurso valioso para el Reino de Dios, que dondequiera que estemos demos cumplimiento al llamado de hacer discípulos y sobretodo que siempre mostremos Su inagotable amor 💜💚💗

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