«Donde hay sensualidad, el amor está siendo falsificado»
Por años, el contenido de este libro, escrito por el pastor Marcos de Souza Borges, ha estado guardado en el disco duro de mi computador, la memoria de mi celular y… mi corazón.
Es difícil hablar de amor y de espera, en medio de un ambiente en donde se impulsa a las personas al coqueteo y a la seducción dentro de los «límites cristianos» para encontrar pareja. Es triste ver incluso, como dentro de los grupos de jóvenes cristianos, se dedica demasiado tiempo a las conversaciones que encierran el tema del «idóneo» o la «idónea». Es más triste aún ver cómo algunos lastiman su corazón por el simple hecho de lanzarse a relaciones cuando alguien les dijo: «¿y no te gusta fulanito? Me parece buena persona para ti».
Obedecer a Dios incluye obedecer también en el área de encontrar pareja. El matrimonio no es la unión de dos personas que desean satisfacer sus deseos o mejor, sus vacíos personales. Es la unión de propósitos según la perfecta voluntad de Dios en el plan eterno de él.
¿Qué sentido tiene ser cristianos y comportarnos tan independientemente a la hora de buscar unirnos con alguien? Buscamos la aprobación de Dios en nuestras decisiones, pero no la dirección de Dios para decidir según su voluntad. Y Dios permite muchas cosas por causa de la dureza de nuestros corazones.
Marcos de Souza, expone como el espíritu de sensualidad (Jezabel) se mueve no solo en el mundo sino también en los comentarios (a veces bienintencionados) de las personas que intentan buscarle pareja a otros, habla de cómo esos comentarios despiertan el coqueteo y la sensualidad a través de la cual muchos terminan uniéndose y en muchos casos, causándose heridas.
Y es que la falsificación del amor, como este autor le llama a eso que ofrece el espíritu de seducción, ha penetrado el mundo cristiano, porque el problema de nuestra generación es, sin duda, la falta de carácter.
No entendemos los principios morales que se quebrantan con estas estrategias del diablo. Y mientras continuemos de esta manera, es poco lo que podemos hacer por ser Luz en este mundo… al menos, en esta área. ¡Necesitamos un cambio de mente! Necesitamos volver a la esencia de Dios.
Estamos llamando amor a lo que Dios llama sensualidad. La sensualidad (falsificación del amor) es quien dicta la moda y, por lo general, va ligada o induce al pecado sexual. Busca un fin egoísta: «él o ella me gusta», «no quedarme solo (a)», «sentirme amado», «licencia para tener sexo», etc. Es la respuesta a un vacío interior no tratado, la raíz de la búsqueda del placer.
En nuestra soltería, Jesús es nuestra plenitud. Puede existir el –deseo– de estar acompañado pero no la –necesidad– de estar con alguien, porque en Dios estamos completos.
«La sensualidad es una dictadura del sistema mundano en respuesta al llamado de la carnalidad humana». Pág. 36.
Cuando olvidamos el propósito de Dios para el amor y el matrimonio, lo rebajamos al nivel sentimental y físico de la pasión egocéntrica y doliente.
El amor, más allá de poseer una faceta sentimental, está basado en decisiones sintonizadas con la voluntad de Dios. Y Dios tiene un plan perfecto, uno que no necesita nuestra ayuda sino nuestra obediencia.
Cuando nuestras motivaciones en las relaciones son erradas, caemos en el error de Balaam; quien a pesar de haber escuchado un NO de Dios, insistió tanto que que Dios le dijo «Levántate y vete con ellos» (Num. 22:20). Dios dice que responderá según los ídolos del corazón (Ezequiel 14:4).
Seamos personas obedientes y evitemos caer en errores que desatan el espíritu de seducción:
- El chisme: comentarios excesivos, especulativos o indebidos sobre relaciones ajenas. Es una forma de liberar demonios.
- Complejo de cupido o simulación de noviazgos: cuando se busca mirar quién combina con quién, quién gusta de quién y fomentar relaciones.
- Temor de hombre: adoptar o incentivar un comportamiento que Dios desaprueba con tal de agradar a alguien. (Relaciones no aprobadas por Dios, agradamos al chico o la chica por no estar solos).
- Coerción sentimental: preguntas invasivas a la privacidad emocional de una persona, por lo general, en el momento errado, en el lugar errado, rodeados de personas erradas.
Si una relación de noviazgo, que involucra personas sumisas al Señor tuvo su origen en el corazón de Dios o está bajo su bendición y aprobación, tiene todo para fluir de una manera natural y acontecer en el tiempo correcto… Esta simulación, que es también una forma de “forzar la palanca”, en muchos casos, acaba siendo una precipitación, que puede hasta abortar la relación. No intente “dar una mano a Dios” usando sus habilidades de simular noviazgos. Es muy peligroso cuando se entromete en la vida sentimental de las personas forzando situaciones. Esta no es una buena manera de iniciar lo que en el futuro deberá ser un hogar. Además de que esto puede provocar una situación embarazosa, la persona corre el riesgo de estar alimentando un sentimiento que no está siendo y no será correspondido. La persona en cuestión acaba siendo ilusionada y desilusionada».*
Que nuestras decisiones, en el área emocional, estén basadas en el temor de Dios y la absoluta obediencia y dependencia. Que las motivaciones por las que nos unamos a alguien sea, principalmente, para agradarlo a él. Cuesta, no es fácil y tal vez muchos hemos metido la pata. Pero siempre hay una nueva oportunidad en Dios para hacer las cosas como corresponde.

*La cara oculta del amor describe el amor como la joya más cara de Dios y la seducción como la falsificación que mayor lucro le ha dado a Satanás. Nos anima a ser dependientes de Dios y a no forzar relaciones ni desatar al espíritu de seducción con nuestras palabras y acciones lejos del temor de Dios. Un excelente manual ¡recomendado!

Uff es tremendo, aveces nos cuesta demasiado quitar las estructuras mentales que cargamos. Que Dios nos ayude a amar a Su manera y tome el control de nuestras emociones y decisiones. 💖
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Así es Sara, rendirnos a él también incluye rendir nuestra área emocional y aprender el verdadero amor.
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